Las afiladas plumas de los conductores de Un Reo Meditabundo entrevieron ya pisando el final del año una historia de corte telúrico.
Es la época. Ustedes saben, los que viven de este lado de nuestro país, los difíciles trances que deben afrontar habitualmente los que trabajan la tierra.
Saben que es una apuesta y que deben confrontar en un alto porcentaje con elementos que escapan absolutamente al control humano. Es entonces cuando entran a tallar soluciones de otro orden.
¿Quieren enterarse de que se trata? Vean aquí: http://www.mediafire.com/?5zshmypijbi
martes, 1 de enero de 2008
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