
Así que -creemos- fue un encuentro de parabienes. Quedamos con la sensación de haberla pasado muy bien. Charlamos sobre todas las cosas de su relación con Cadícamo. Fueron muy amigos en el ultimo tramo de la vida del poeta.
Y nos describió con lujo de detalles qué clase de hombre era: un iconoclasta, el hombre que siempre va buscando la vida hasta que se agota. El tipo que no se quedó en la nostalgia de un pasado brillante.
Senanes nos descubre un Cadícamo decontracté y siempre irreverente, enemigo de los formalismos y los homenajes. Este es su relato: http://www.mediafire.com/?sharekey=e12907d9f63cecec1686155677bb2685a8f61740c36998a9
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