A veces no elegimos las historias. En serio. No es un dicho remanido. Es así. Son ellas quienes nos eligen. Eso nos pasa mucho. Nos sentamos a escribir una historia sobre tal asunto y luego resulta que la dinámica del relato nos lleva por otros rumbos, casi siempre insospechados.
Es raro, pero así funcionan las cosas a veces. La historia que nosotros titulamos "El hijo de la Polaca" es una de esas.
Es una de esas historias que se presentan de una forma delirante y que después van tornando hacia otra cosa mucho mas sutil y con matices de ensueño.
Para que vean que no mentimos aquí tienen la prueba: http://www.mediafire.com/?t1cdx40tn1t
sábado, 5 de abril de 2008
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